En este contexto, la directora del Hospital Avellaneda, doctora Alba Pieroni, contó que los egresados vienen trabajando a lo largo de 5 años con el equipo multidisciplinario con el que cuenta el servicio: “El equipo trabaja articuladamente, se conforma por kinesiólogos, psicólogos, terapistas ocupacionales, médicos, psicomotricistas, fonoaudióloga, maestra integradora y trabajadores sociales”.

Después de un arduo trabajo se logra el egreso de estos pacientitos que ya pueden ingresar después a una escuela y eso se logra también gracias a la articulación desde el hospital con Educación, con las diferentes escuelas, como las que nos acompañan hoy: la Escuela ALPI, Arroyo y Pinedo y Clotilde Doñate, donde hubo abanderados de cada una”, contó Pieroni. Además del acto, se entregó a los niños un diploma de egreso y un presente para que puedan iniciar su cursado en el jardín de infantes.

La jefa de la Unidad de Estimulación Temprana del efector, licenciada Sandra Ocampo, explicó: “Nuestros niños vienen derivados por interconsulta, que puede ser del pediatra, neonatólogo, neurólogo, traumatólogo u otras especialidades. La estimulación temprana es un proceso, un tratamiento educativo y fundamentalmente terapéutico dentro de nuestro ámbito de la salud; la particularidad es que el niño viene con un antecedente de riesgo o ya con dificultades evidentes de desarrollo en sus distintas áreas -motora, del lenguaje, emocional, cognitivo- “. 

“Muchos de los pequeños que egresan realizaron todo un recorrido, algunos desde que nacen, otros más tardíamente, hasta los cuatro años de edad, que es la edad pautada de finalización de ciclo en nuestro servicio. Esta culminación marca un antes y un después, porque el niño entra al mundo de lo social. Trabajamos mucho para poder establecer redes con los jardines para que los niños puedan tener una real inserción, pero el objetivo principal, al momento de pensar en el egreso, es que el niño pueda considerarse incluido en una institución educativa”, agregó.

Verónica, mamá de Lisandro, niño de tres años que egresa en la oportunidad, manifestó: “Esto es una gran emoción, porque al principio fue muy difícil y a pesar de todo, llegamos. Él nació en una clínica, recibió su seguimiento de prematuro (32 semanas) y luego estimulación temprana con su kinesióloga, con fono y todo el equipo y comenzó a caminar a los 2 años y 8 meses. Llegamos a un muy buen avance, comenzó a hablar, a caminar, su mente más despierta, es muy inteligente y ahora egresó y además como escolta de la bandera, así que me siento muy orgullosa”. 

“No tengo suficientes palabras de agradecimiento para todo el equipo del hospital y ahora nos toca dar otro paso, comenzar una nueva etapa difícil, pero feliz, por un lado, y triste por otro, porque ya tenemos que dejar el servicio. Hoy nos vamos, pero sé que seguiremos todavía junto a ellos”.