Esta problemática particular se suma al extremo riesgo de incendio en el que se encuentra la región y a los focos de incendio activos en provincias vecinas.
El subsecretario de Protección Ambiental de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, Marcelo Lizárraga, recibió a periodistas tucumanos para hablar sobre la problemática de quema de cultivos y pastizales en nuestra Provincia.
Uno de los temas expuestos por Lizárraga fue la salida de servicio de la línea “El Bracho – Independencia” debido a una quema de pastizales en la zona de El Chañarito, la cual resultó en un corte de luz el pasado martes.
"La provincia viene sufriendo de un tiempo a esta parte la quema de material vegetal. Tratamos de retirar los términos ‘quema de caña’, porque esta denominación demoniza una práctica agropecuaria se usó en la provincia, pero hace más de 40 años atrás. El paquete tecnológico demostró que la quema de caña de azúcar es nociva para el cultivo. Se pierde no solamente la caña plantada, pronta a cosechar, sino que pierde rendimiento futuro por los daños que ocasiona en el suelo las altas temperaturas", expuso Lizárraga.
En esa línea, sostuvo: "Observamos con mucha preocupación que incrementó la quema de pastizales. Si uno va de Tapia al norte, encuentra que toda la ruta, en las banquinas, está quemada incluso hacia el monte, tomando superficies extensas".
El subsecretario también remarcó que se acrecentaron "las quemas en altura; basta ver los trabajos que desarrolla Defensa Civil en el combate del fuego en la zona de Cabra Horco, Hualinchay o Las Mesadas, donde hemos trabajado con brigadistas forestales del Servicio Nacional del Manejo del Fuego y con la presencia de vaqueanos".
El subdirector explicó que, si bien la provincia experimenta algunas consecuencias de la quema de cultivos y pastizales, este año está siendo muy benigno en ese aspecto, en gran parte debido a las medidas que se están tomando para asegurar que el cultivo de caña se realice sin el empleo del fuego. Para esto, es importante la creciente adhesión al local GAP, un estándar de certificación que garantiza el no uso del fuego en el cultivo.
En la entrevista, también se habló sobre el daño que provoca en el suelo la quema, quitándole capacidad productiva y reduciendo su ciclo de vida útil. Por esta razón, se impulsa a implementar la rotación de cultivos, la cual tiende a eliminar los problemas mencionados y a mantener el suelo en condiciones óptimas para el cultivo a largo plazo.
Por último, el funcionario remarcó que el fuego "está asociado a prácticas de limpieza y purificación ancestrales, lo cual nos lleva a la difícil tarea de cambiar una costumbre arraigada culturalmente. Hacemos un llamado a la solidaridad de la comunidad para evitar estas prácticas".