La coordinadora del Servicio de Pediatría del hospital Regional de Concepción, Alejandra Poma, dio detalles acerca de la enfermedad infecto-contagiosa originada por el virus de la varicela zoster.
Este virus se transmite a través de la saliva o flujos nasales. También se puede transmitir a través del aire al toser o estornudar, la vía más importante, define la profesional, es la inhalatoria: “Al igual que el Covid
la transmisión es aérea y
el virus perdura hasta dos horas en las superficies, por eso es tan contagioso. A través de la
vía placentaria también la mamá puede transmitir al bebé la varicela y directamente de persona en persona al tocar las ampollas de alguien infectado”.
La varicela tiene muchos días de contagio previos -alrededor de 15- a la salida de las ampollas. “En ese periodo las personas no se sienten mal, siguen con su vida normal y sin embargo ya están contagiando. Dos o tres días previos a la salida del exantema se produce un catarro de vías aéreas superiores, rinitis, dolor de garganta y muscular similares a los de un estado gripal e inicia junto a la salida de los exantemas un estado febril que se repite cada 4 horas”, detalló Poma al tiempo que explicó posterior a la ruptura de las ampollas, se genera una úlcera y una costra.
“De 3 a 7 días toma la salida de las ampollas y
cuando se forman las costras el paciente ya no contagia. Por esto es importante que cuando una persona, especialmente los niños, tienen varicela las mamás avisen en todos los lugares donde los niños estuvieron ya
que sus contactos pueden haber contraído la enfermedad”, advirtió la especialista y aclaró que si bien la varicela se caracteriza por ser una enfermedad que aparece en la primera infancia, puede repetirse en pacientes inmunosuprimidos -oncológicos, diabéticos, con enfermedades crónicas- con cuadros mucho más complejos en ese caso.
Respecto a las características del virus, la profesional explicó que este
no se elimina del cuerpo, que queda en los ganglios y cuando bajan las defensas por alguna razón vuelve a aparecer, pero no en todo el cuerpo, sino en determinados lugares, lo cual se conoce como varicela-zoster y es popularmente conocida como culebrilla, una ramificación de la varicela que genera muchas pequeñas ampollas e intenso dolor.
“El diagnóstico de la varicela es básicamente clínico por la evolución de la patología. A veces cuando se necesita se pide algún laboratorio de confirmación”, aclaró a la vez que agregó
se trata de una enfermedad estacional que tiene mayor prevalencia en primavera, entre los meses de agosto y septiembre y especialmente en el mes de marzo cuando los niños vuelven a la escuela.
Cabe destacar que las lesiones de la varicela suelen picar mucho, por lo cual
se insta a la población a no emplear medicamentos o tratamientos caseros en las ampollas, ya que una de las consecuencias más frecuentes es que la lesión al mantenerse húmeda se infecte y requiera de abordajes con antibióticos para combatir bacterias. “A la vez es fundamental recordar que la vacuna contra la enfermedad debe colocarse al año y tres meses del niño y se coloca en todos los centros de salud de la provincia”, finalizó.