Viernes, 24 de enero, 2025
  • Prevención
  • Obesidad infantil: cómo repercutió la pandemia en esta problemática

    03 Jun 2021

    Esta situación representa uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI.

    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI.

    Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades relacionadas a esta patología son en gran medida prevenibles. Por ello es importante darle prioridad a la prevención de la obesidad infantil.

    Al respecto, la endocrinóloga infantil del hospital Avellaneda, Verónica Felipe Gacioppo, aseguró que hay bebés de seis meses que ya presentan signos de obesidad. Y afirmó que el uso del celular en niños favorece al incremento de estos casos a causa de la mala alimentación y el sedentarismo.

    ¨La obesidad infantil suele provocar que los niños comiencen a tener problemas de salud que antes se consideraban exclusivos de los adultos, como diabetes, presión arterial alta y colesterol alto; además de que también puede generar baja autoestima y depresión¨, aseveró la referente.

    Con respecto a las consultas que reciben debido a esta patología, Giacoppo dijo que generalmente el paciente llega al consultorio derivado de un pediatra o de la escuela, pero la familia de ese niño no suele ver el problema porque se desarrolla en un entorno que ya se encuentra afectado por el sobrepeso y la obesidad.

    Consejos para combatir la obesidad infantil en tiempos de pandemia

    La mala alimentación y el sedentarismo en los niños de Argentina se instalaron fuertes en medio de los inicios del COVID-19.

    El confinamiento social preventivo obligatorio obligó a muchas familias a adoptar nuevas rutinas. Los niños y niñas perdieron la posibilidad de asistir al colegio, hacer deporte, ir al club o a la plaza. De esta forma, el ejercicio físico disminuyó progresivamente. Hoy muchos menores sólo caminan de las clases virtuales al sillón o a la cama para ver videos en Youtube o jugar con la tablet o la play. A lo anterior, se suman hábitos alimenticios desordenados que elevan la obesidad infantil.

    En la Argentina previa a la pandemia, 1 de cada 3 menores comenzaba la escuela primaria con sobrepeso. Esta situación empeora el rendimiento escolar, trae dificultades motrices, problemas de autoestima y es a futuro causa de enfermedades crónicas no transmisibles, que son la primera causa de muerte en el mundo.

    1- Elegir mejor

    Organización de las compras en el supermercado y practicar ‘porcionar’ y freezar luego de cocinar. Esto va a ayudar no solo a la economía familiar en tiempos difíciles sino especialmente a tener un control sobre lo que come la familia. En tiempos de confinamiento, y teniendo en cuenta cuán a mano se tiene la heladera es clave que los adultos sean responsables a la hora de elegir lo que se compra. Además, un buen momento para volver a lo natural, elegir alimentos más nobles y reducidos en azúcar, ya que su consumo en exceso suele generar hiperacción en los más chicos y que sumado al sedentarismo generado por estar en casa pueden ser un cóctel explosivo para los estados de ánimos de todos en casa.

    2- Cocinar más

    Cocinar con los niños es una gran actividad divertida y saludable para promover e inculcar en la familia. Es una buena oportunidad para que los chicos puedan acompañar a los mayores en las preparaciones, participar de la experiencia cocinando con diferentes alimentos con sus texturas, colores y gustos. Muchos estudios demuestran que los niños disfrutan más de la comida cuando ellos mismos la preparan. Armar desayunos especiales y variados para empezar el día con energía puede ser un gran primer paso para contagiar a los más chicos con la cocina.

    3- Ordenar los tiempos

    La comida entre comidas suele ser un desafío enorme. Estudios médicos recomiendan hacer al menos 1 colación entre las principales comidas; desayuno, almuerzo, merienda y cena. Siempre va a ser mejor que los niños y niñas elijan frutas o verduras (tomate cherry o zanahorias son buenas opciones).

    4- Ejercitarse

    Tener que quedarse en casa no evita que los chicos puedan ejercitarse. Es el caso de la tecnología, que es una gran aliada para hacerlo. Plataformas como Youtube cuentan con muchos videos para estar en movimiento y divertirnos en familia.

    5- Salidas recreativas

    Acompañar a los padres a hacer las compras, salir los fines de semana a dar una vuelta a la manzana son necesarias para que los más chicos puedan renovar el aire, y porque no, los padres también.