La médica endocrinóloga y referente del Programa de Diabetes, Cristina du Plessis, explica de qué se trata esta patología, cómo diagnosticarla a tiempo y el tratamiento que se realiza en el Sistema Provincial de Salud.
“El pasado 25 de mayo fue el
Día Internacional de la Tiroides, una fecha que sirve para crear conciencia no sólo sobre los distintos aspectos que involucran el funcionamiento de la glándula como el hipo e hipertiroidismo, sino también para hacer hincapié en el chequeo médico y así detectar tempranamente la presencia de nódulos tiroideos”, cuenta la especialista.
En este sentido, hay factores como los
antecedentes familiares de cáncer de tiroides o de irradiación del cuello, que marcan una alerta para hacer los controles. “La mayoría de esos nódulos son benignos y si no están asociados al hipotiroidismo, lo único que se hace es seguirlos. Pero existen características de los nódulos que hace que se pueda sospechar que existe un cáncer de tiroides, como por ejemplo los
nódulos que tienen bordes irregulares, con micro calcificaciones, que son más altos que largos o que están asociados a adenopatías cervicales”, sostiene du Plessis.
Hay características ecográficas que pueden advertir sobre la necesidad de continuar el estudio de ese nódulo. De este modo, se examina a través de un procedimiento que se llama
función de aspiración con agujas finas, el cual extrae células de ese nódulo y las analiza. Luego se las clasifica según el grado que tengan y se ve la conveniencia de extirpar ese nódulo o hacer directamente un seguimiento.
“Hay que recordar que estamos en un área donde la patología tiroidea es mucho más frecuente, que muchas veces puede no tener síntomas el bocio, no detectarlo, por eso
es conveniente por lo menos una vez al año, hacer un control clínico o palpación de glándula tiroidea. El hipo o hipertiroidismo se pueden detectar a través de un análisis de sangre, pero la patología del agrandamiento de la tiroides o la presencia de nódulos, se observa con la palpación o ecografía de tiroides”, detalla.
Actualmente, afirma la doctora, existen excelentes servicios de Cabeza y Cuello en los hospitales Padilla y Centro de Salud: “Después de extraídos y analizados los ganglios, hay que hacer un tratamiento de iodo radioactivo si se trata de un cáncer folicular y papilar. Posteriormente, se hace seguimiento los dos primeros años, cada tres meses; y después anual durante cinco años”, concluyó.