Gerardo Gómez, enfermero del hospital de Monteros, relató cómo con su violín lleva alegría y esperanza en la sala de terapia COVID.
Como cada 23 de julio, se conmemora el Día de la Musicoterapia. Es por eso que, en primera persona, Gerardo Gómez, enfermero del hospital de Monteros, relató cómo con su violín lleva alegría y esperanza a los pacientes internados en terapia COVID.
"Siempre me apasionó la música; a mí y a mi familia. Cuando voy tocando canciones de folclore o tango con mi violín, lo que quiero es transmitir un poco de alegría para que los pacientes salgan de esa soledad de la internación. Antes lo hacía en la unidad de Coronaria y ahora en la unidad de Terapia COVID, donde las personas están solas y aisladas de sus familiares. Allí estamos los enfermeros, a la par de ellos siempre”, contó el licenciado.
Del otro lado, los pacientes le devuelven una sonrisa, levantan las manos para alentarlo a seguir con su música que cambia el día y atmósfera, al menos por una hora. “Incluso cuando se jugó la Copa América, les pusimos un altavoz para que puedan escuchar el partido y todo eso se agradece. Notamos una recuperación anímica que es muy importante. Esto que hacemos se ve reflejado en las altas de los pacientes, quienes posteriormente nos mandan mensajes desde sus casas agradeciendo. También, muchas veces, les mandamos a sus familiares videos que grabamos con ellos y que hicimos dentro de la unidad”, aportó.
Por último, llamó a sus colegas a sumarse a esta iniciativa: “El mensaje es que, si tienen algún talento, saben tocar la guitarra o algún instrumento, que lo hagan porque los puedan sacar de ese ambiente a los pacientes. Que les cuenten chistes, que hagan algo para que ellos se rían. Eso les cambia por completo su día”.