El jefe de la Unidad de Otorrinolaringología del Hospital Néstor Kirchner, Adriano Valdivieso, expone las principales características de estas patologías y brinda consejos para diferenciarlas. 

“En esta época cuando ya está finalizando agosto, llegando septiembre, en Tucumán comienza la primavera y empezamos a tener muchos casos de rinitis estacional o alérgica. Es provocada más que nada por el polen de las plantas, los ácaros, que son microorganismos que están en el ambiente. Además, durante el invierno que es muy seco en Tucumán, el polvo también afecta a las personas sensibles a estos cambios”, sostiene el referente. 

Y continúa: “Debido a la pandemia se pueden confundir los síntomas de COVID-19 con una rinitis alérgica. Una de las primeras diferencias es que en las rinitis alérgicas, el paciente sabe en qué épocas más o menos se presentan y sabe cuáles son los síntomas: estornudos, rinorrea acuosa (agua de la nariz), picazón de nariz y ojos. Hay que aclarar que no se acompaña ni de dolor de garganta, fiebre o dolor de cuerpo. Esos son signos por los que podemos sospechar de coronavirus, es decir, síntomas nuevos para quien padece la rinitis, que no son propios de este cuadro”. 

Como mensaje para la población que suele tener rinitis, ante cualquier síntoma raro o signo que desconozcan, que acudan al consultorio de febriles. “Es preferible un hisopado demás que de menos”, señala el especialista. 

Por otra parte, frente estas rinitis estacionales, explica el médico, hay dos tipos de tratamientos: 

• Tratamiento de la causa, llevado a cabo por médicos alergistas.  La alergia es una respuesta exagerada del organismo hacia una noxa exterior y los alergistas se basan en dar pequeñas dosis de esa noxa en forma progresiva para que el organismo se acostumbre y  no reaccione de esa forma. Son tratamientos largos pero efectivos porque se termina el problema, analiza el profesional
• Tratamientos sintomáticos, desarrollados por otros especialistas como otorrinos o clínicos. Se basan en antihistamínicos y corticoides locales.  

“También tenemos medicamentos como Montelukast que no es antihistamínico o corticoide, va por otra vía, no tiene prácticamente contraindicaciones, se usa en forma diaria, y lo que hace es disminuir la reactividad del paciente haciendo que las crisis sean más espaciadas. Se empezó a usar en pacientes con asma y después se vio que tenía muy buenos resultados en rinitis. Se utiliza normalmente en estas épocas y en algunos pacientes durante todo el año”, concluye.