Luego de más de un año y medio de aislamiento por la pandemia, la Escuela de Pacientes del hospital Avellaneda retomó los encuentros presenciales. 

El espacio cuenta con aulas de diabetes y hábitos saludables; EPOC y cesación tabáquica; patologías reumatológicas; adultos mayores; tartamudez y hoy incorporaron un aula nueva que es la de pacientes post-covid.

La directora del hospital Avellaneda, Alba Pieroni, contó que antes venían atendiendo de manera virtual, en donde trabajaban a través de telemedicina o por grupos de WhatsApp con videos de recomendaciones de alimentación saludable, actividad física y cuidados de la salud en general. 

“Hoy con mucha alegría podemos reiniciar el ciclo lectivo de manera presencial y así retomar todas las actividades que veníamos haciendo. En el acto contamos con la presencia de los referentes de cada aula, Salud Ambiental que vino con proyectos nuevos para que trabajemos en conjunto y la Comitiva de Gestión de Pacientes del hospital Eva Perón, con el fin de ser asesorados para que puedan replicar esta escuela en su efector”, explicó Pieroni.

En este sentido, la directora contó que por el momento y debido a los protocolos que se deben cumplir las aulas funcionaran una vez a la semana. El aula de diabetes estará los jueves a partir de las 9 de la mañana; el de tartamudez hará los talleres los martes a las 14 horas; el de cesación tabáquica los jueves a las 9 de la mañana y el de adulto mayor los miércoles de 11 a 12 horas. 

Fernanda Rodríguez, integrante del equipo de diabetes y endocrinología del hospital Avellaneda, remarcó que lo que se hace en la escuela es conformar un equipo entre profesionales de la salud y los pacientes. “Trabajamos codo a codo para mejorar su salud, en este caso lo novedoso es que acá los protagonistas son los pacientes, toman un rol activo en el cuidado de su salud”, enfatizó.

Por último, la profesional destacó que más que un equipo, son una familia: “Más allá del cuidado de la salud en este tiempo de pandemia, estuvimos acompañando también en las emociones. Cuando no pudimos juntarnos, la virtualidad nos acercó. No perdimos contacto en ningún momento justamente porque las emociones, el miedo, la incertidumbre, el enojo, traicionaban la realización del tratamiento; más en una enfermedad como la diabetes, por lo que se buscó esta estrategia de la virtualidad para estar cerca”, culminó.