Las alergias estacionales, también conocidas como rinitis alérgica o fiebre del heno, son una reacción del sistema inmunitario a sustancias que se encuentran en el aire, como el polen de árboles, hierbas y flores. Se caracterizan por la aparición de síntomas en una época específica del año, como la primavera o el otoño

La doctora María Eugenia Alul, especialista en alergia e inmunopatología, que trabaja en los hospitales Avellaneda y Centro de Salud, comentó que primero se debe detectar la patología alérgica y saber que el cambio climático está cambiando, en todo el mundo, por lo que la atmosfera se volvió más compleja en su composición debido a la ruptura de la capa de ozono, generando mayor polución y gases ambientales. 

“Un paciente que inhala este aire en cada respiración, involuntariamente, puede desencadenar su enfermedad alérgica. Que puede ser la rinitis o el asma bronquial, que son enfermedades de la vía respiratoria”, explicó Alud. 

En este sentido, la profesional manifestó que cuando estos alérgenos ingresan en la fosa nasal, responde en forma exagerada y desencadena un proceso inflamatorio que da como consecuencia los síntomas que pueden ser:  

•    Estornudos

•    Goteo nasal

•    Picazón en la piel y en los ojos

•    Ojos llorosos e inyectados en sangre

•    Dolor de cabeza y fatiga

•    Círculos oscuros debajo de los ojos

•    Tos o la necesidad de carraspear

“Este es un proceso patológico y que nos está marcando la presencia de una enfermedad alérgica como la rinitis con sus comorbilidades como conjuntivitis, otitis y sinusitis. Lo mismo pasa a nivel bronquial generando el espasmo bronquial denominado asma bronquial”, indicó. 

Por último, Alul aconsejo no automedicarse, porque estos procesos que son inflamatorios deben ser diferenciados de los procesos virales.