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El hogar cuenta con 3 habitaciones para 6 huéspedes, cocina comedor, baño adaptado para personas con discapacidad, jardín y comodidades.
Desde su apertura en marzo del 2024, Casa Clarita asistió a más de 40 pacientes pediátricos acompañados de sus mamás, muchos de ellos provenientes de zonas de alta montaña o de otras provincias del norte como Santiago del Estero.
El hogar cuenta con 3 habitaciones para 6 huéspedes, cocina comedor, baño adaptado para personas con discapacidad, jardín y comodidades. Al respecto la subdirectora médica del hospital Avellaneda, Patricia Medina, sostuvo: “Este es un espacio muy valioso. Somos un hospital que trabaja para contener y solucionar para el paciente, incluso aspectos que están por fuera del ámbito estrictamente de salud. Esta casa nos permite darle una contención más social a pacientes pediátricos que vienen de largas distancias, que no tienen donde alojarse a la espera de un tratamiento o estudios de diagnóstico para el seguimiento de sus patologías”.
La admisión del paciente junto a su madre, agregó Medina, se da según la necesidad, a partir de la evaluación de cualquier integrante del equipo de salud que ve una situación por la cual el paciente va a tener que quedarse o concurrir al hospital varios días seguidos, que no tiene los medios y que es de domicilio alejado. Se articula con el área de Gestión Paciente y a partir de allí se instrumenta la admisión y el circuito de atención con el Departamento de Enfermería.
La presidenta de la Cooperadora del Hospital Avellaneda, Sara Juárez de Blanque, contó que la casa de medio camino lleva su nombre en homenaje a la señora Clara Vera Robinson de Toll, quien fuera vicepresidenta de la ONG: “Propusimos esta iniciativa al doctor Luis Medina Ruiz en 2023, quien nos asignó el espacio en comodato por 20 años para que se lleve a cabo. Estamos muy felices porque esta obra ya está próxima a cumplir su primer año, habiendo recibido a la primera paciente desde Anfama y hasta hoy muchos otros niños con sus mamás están agradecidos de contar con un lugar de estas características”.
María Belén Ibañez es mamá de Gianfrancisco, un niño de 7 años, que requería de estudios de alta complejidad y posterior interconsulta con especialistas por neuromielitis óptica. Al ser ambos oriundos de Santiago del Estero, fueron ingresados a Casa Clarita el lunes 17 de febrero.
“Lo diagnosticaron hace dos años atrás en Santiago y ahora hace poco más de un mes ha tenido una recaída. También hace unos meses hemos empezado a hacer una interconsulta con una neuróloga de aquí de Tucumán para que le puedan hacer el estudio y tratamiento. La atención aquí fue muy buena, nos recibieron ayer las enfermeras. Es muy útil porque para nosotros es un gasto menos y nos evitamos estar trasladándonos varios días o estar alquilando”.