
Actividad física monitoreada, nutrición saludable, deportología, acompañamiento de psicología, psiquiatría, endocrinología, clínica médica y la posibilidad de recibir una cirugía bariátrica.
Es la historia de María Vanesa y de tantos pacientes que llegaron en algún momento al CEPTA para iniciar una nueva vida. Profesionales del centro provincial cuentan cuáles son los servicios que brindan para hacer estos cambios posibles y hablan sobre la importancia de abordajes integrales y acompañamientos continuos ante una enfermedad tan compleja y todavía estigmatizada como la obesidad.
José Manuel Cabrera es cirujano bariátrico y define la labor que desde el CEPTA se realiza como un tratamiento interdisciplinario e integral de los pacientes con obesidad severa y mórbida. Al tiempo comenta que la institución cuenta además con todo un sector que trata a pacientes con trastornos de la conducta alimentaria, como anorexia y bulimia.
Respecto al abordaje de la obesidad el especialista destaca que los esfuerzos están enfocados en generar cambios de hábitos de la mano de profesionales que guían una actividad física monitoreada, nutrición saludable, deportología, acompañamiento de psicología, psiquiatría, endocrinología, clínica médica y la posibilidad de recibir una cirugía bariátrica cuando el tratamiento netamente clínico no llega a ser suficiente.
“Dentro de los criterios que se tienen en cuenta para determinar la realización de esta cirugía lo primero es que el paciente tenga un grado de exceso de peso que lo esté limitando en su salud, que le genere complicaciones en su vida cotidiana, social, de pareja, laboral y que esté comprometido con el tratamiento. La cirugía bariátrica se indica en personas con obesidad severa y mórbida que fracasaron con los tratamientos clínicos, es decir que mejoraron sus hábitos alimentarios, realizan actividad física de forma periódica, reciben asistencia y apoyo a nivel de su salud mental, pero a pesar de todo no logran resolver el problema; en esos pacientes la solución existe y esa herramienta es la bariátrica”, refirió Cabrera.
Siguiendo esta línea el cirujano destacó que la labor en estos casos es interdisciplinaria incluso entre los diferentes efectores desde donde reciben derivaciones, evalúan cada caso y ofrecen un tratamiento integral y adaptado a las necesidades de cada persona.
El profesional resalta, al hablar de la cirugía bariátrica, el rol fundamental que reviste la preparación: “Disminuir los riesgos es uno de los motivos principales por los que es esencial la preparación previa. Los pacientes que tienen obesidad mórbida por definición son pacientes de mayor riesgo, nosotros tenemos que resolver ese problema y para eso lo hacemos bajar de peso. Como no es sencillo ese descenso, va a estar apoyado por nutrición, salud mental, actividad física y cuando lo concreta denotando su compromiso con el tratamiento, sabemos que podemos efectuar la cirugía para que disfrute de una mejor calidad de vida”.
La cirugía por definición es laparoscópica, es decir mínimamente invasiva y de rápida recuperación, para que la persona pueda reincorporarse a sus actividades, reduciendo así también complicaciones respiratorias, cardíacas, trombosis en las piernas y otra serie de problemas médicos: “Lo que más se efectúa es el bypass gástrico en Y de Roux, que es el estándar en cuanto al tratamiento de la obesidad y diabetes. El paciente se opera, está un día internado en el hospital, se va a su casa con una dieta líquida por 14 días -los primeros siete con líquidos claros, livianitos y del día 7 al 14, líquidos más espesos- para posteriormente empezar una fase de papillas y a los 30 días estar comiendo normalmente, pero porciones reducidas. Pueden hacer actividad física a los 21 días”.
Después de la cirugía, explicó Cabrera, el paciente va a ir experimentando muchos cambios, primero un descenso de peso muy marcado, especialmente desde el segundo mes del post operatorio hasta el quinto o sexto mes, para después generarse un descenso de peso más progresivo, hasta que se llegue al peso normal y esperable.
“Es importante que ese paciente coma sano después, porque la obesidad es un problema metabólico, entonces la cirugía va a tratar de mejorar todo eso, pero el paciente tiene que comprometerse con su autocuidado. Las cirugías bariátricas modifican el tubo digestivo para aportar distintos mecanismos para que se logre bajar de peso, el más básico es la reducción del tamaño del estómago, para que en consecuencia se coma menos, se llenen más rápido y tengan menos apetito; eso hace la cirugía que se llama manga gástrica, pero hay cirugías que añaden otros efectos y mecanismos al descenso de peso, por ejemplo, el bypass gástrico, donde además de achicar el tamaño del estómago se hace un nuevo circuito intestinal, lo cual va a lograr modificar la absorción de calorías, la secreción de ciertas hormonas intestinales y la flora intestinal, entonces aporta más elementos que van a servir para bajar de peso”, detalló.
El paciente, continuó, tiene que saber que la cirugía es segura, pero que necesita de un compromiso a largo plazo y de cambios en el estilo de vida: “La obesidad es un problema metabólico, del funcionamiento de nuestro organismo, de cómo almacena el tejido graso y cómo usamos nuestra energía, lo cual está influido por las horas de sueño, las hormonas, por la cantidad y calidad de lo que comemos, por la actividad física que realizamos y el estrés que vivimos, entonces cuando una persona ya sufre obesidad y no se ha podido resolver, la cirugía seguramente le puede llevar a que solucione su problema, pero el metabolismo va a seguir funcionando de forma dinámica y cambiante, entonces tiene que estar comprometido toda su vida”.
La médica cirujana general y cirujana plástica, doctora Sonia Carolina Navarro, ingresó hace un año al CEPTA, con el objetivo de realizar reconstrucciones post bariátricas, especialmente en lo relacionado con la intervención de pacientes que, tras el descenso de peso, quedaron con colgajos: “Hay clasificaciones en los grados de complicaciones que puede generar vivir con colgajos, dependiendo del tipo de cuerpo que el paciente tenga va a tener más predisposición a colgajos en una determinada área del cuerpo y dependiendo además de adonde más se acumuló en algún momento su grasa y de qué tan paulatino fue el descenso”.
“Dentro del CEPTA hice varias cirugías e incluso una reducción mamaria en una paciente que tenía una gigantomastia y que hace ocho años se había operado de cirugía bariátrica, pero no se animaba por cuestiones de confianza a dar el siguiente paso, se acomplejaba mucho y la afectaba en todo aspecto social, no se sentía bien con su cuerpo. En su caso, aparte de tener una gigantomastia, las mamas estaban muy caídas porque al tener mucho sobrepeso generó también un colgajo de esa zona que le causaba dolores de espalda y la afectaba mucho psicológicamente al momento de verse y vestirse”, contó.
La dermolipectomía, por otro lado, implica la extracción de los colgajos de la zona del abdomen y es, generalmente, la primera cirugía que se realizan pacientes. Se realizan además cirugías para el tratamiento de los colgajos de brazos, en diferentes grados y longitudes; así como de cara interna del muslo.
“Después de la cirugía siempre se realiza un acompañamiento. Se hace una correcta preparación del paciente, con el acompañamiento de terapeuta y un apto psicológico, para recién intervenir quirúrgicamente. Muchas veces los pacientes tienen ataques de pánico, problemas de salud mental que los afectan, entonces tienen que estar estabilizados para poder afrontar una cirugía, mantener una buena alimentación, hacer actividad física, tener masa muscular, un laboratorio en condiciones, sin déficit de vitaminas, entre otras cosas. Generalmente los pacientes se quedan internados desde el día de la cirugía y luego del alta vienen a controles y seguimiento en el CEPTA”, afirmó.
El centro, además, ofrece a sus pacientes un taller de acompañamiento postbariátrico, que se realiza todos los martes a las 14 horas en calle Lamadrid 623 y que actualmente se abre a la comunidad para invitarlos a que participen y se sumen al tratamiento en caso de requerirlo o de haberlo abandonado por un tiempo: “En la primera parte del taller el año pasado comenzamos tratando temas como suplementaciones, características de las cirugías que se les habían hecho, aspectos nutricionales, pros y contras de diferentes tipos de dietas para que puedan elegir qué es lo mejor para cada uno.
Dolores Moncasi es nutricionista del CEPTA y miembro del Programa de Obesidad de la Provincia y destacó lo bien articulado que se encuentra el circuito de atención integral para el paciente que lo requiere: “El primer día la persona es atendida por la médica clínica especialista en obesidad y de ahí es derivado a una nutricionista y ya participa en un taller con una psicóloga y un profesor de actividad física, para luego sumarse a una serie de otros talleres, con hincapié en la psicoeducación, de forma online y presencial. Los talleres postbariátrica son una forma de hacer el seguimiento y motivar a los pacientes que ya se han operado hace muchos años y han dejado el tratamiento, porque sabemos que con el tiempo va a haber una tendencia a aumentar de peso, ya que la obesidad es una enfermedad crónica que además atraviesa las emociones, el hambre emocional y la saciedad”.
La nutricionista agregó que se incentiva mucho el trabajo grupal, que contribuye ya que los pacientes aprenden entre ellos y se genera además un enriquecimiento de la experiencia profesional: “Las personas que tengan obesidad mórbida y que quieran sacar turno pueden hacerlo personalmente o a través del teléfono 420-3055. Al taller pueden acercarse directamente, no hace falta que saquen turno”.
María Vanesa Díaz es paciente del centro desde hace cinco años a lo largo de los cuales atravesó varias intervenciones quirúrgicas: “El CEPTA fue el lugar de salvación para todos nosotros, estoy muy agradecida con todo el personal, me trataron muy bien. Sabemos los que padecemos esta enfermedad de la obesidad que es para toda la vida. En el taller tratamos todos los temas desde lo psicológico, esto es un día a día, un paso a la vez, un día pasado es un día vencido”.
El bypass de María Vanesa se concretó en 2020, en contexto de pandemia, y posteriormente se le efectuaron cirugías reconstructivas del abdomen en el Centro de Salud, y de las piernas en noviembre de 2024: “Estos profesionales son un grupo excelente. Yo le diría a la gente que se encuentre en esta situación que empiece de a poco, que no porque hoy les vaya mal, significa que han perdido, este proceso requiere de constancia, de a poquito van a lograr mucho, requiere de años, incluso de toda una vida, por eso es importante el apoyo de la familia y de todos los profesionales a los que les agradezco, porque nos salvaron la vida a todos nosotros”.