
La salud y el desarrollo motor de los niños son aspectos cruciales en su crecimiento, y uno de los indicadores más importantes es el momento en que comienzan a caminar.
En este sentido, el Ministerio de Salud Pública, bajo la conducción de Luis Medina Ruiz, juega un papel fundamental en el monitoreo y diagnóstico de posibles problemas en la marcha infantil. Un ejemplo claro de este trabajo es el Ortopedia Infantil del Hospital Avellaneda, dirigido por el doctor Ramiro Olleac, quien, junto a su equipo, lleva adelante una labor esencial en la atención y prevención de trastornos relacionados con este tema.
Uno de los aspectos clave para detectar problemas en la marcha de los niños es la consulta temprana con el pediatra. La atención oportuna en las primeras etapas de la vida, durante las revisiones del niño sano, permite identificar cualquier irregularidad en el desarrollo motor. El doctor Ramiro Olleac explica que es completamente normal que la mayoría de los niños comiencen a caminar entre el año y el año y medio. Sin embargo, también señala que algunos niños pueden superar esa barrera sin presentar ningún diagnóstico que lo justifique.
En estos casos, la consulta con un especialista se vuelve crucial. Los retrasos en la marcha no necesariamente indican un trastorno grave, pero es fundamental que los padres consulten para asegurar que el niño esté dentro de los rangos de desarrollo esperados. Si bien el rango más común es entre el año y el año y medio, algunos niños pueden comenzar a caminar un poco más tarde, hasta los dos años, sin que esto sea motivo de alarma. Sin embargo, si el retraso se extiende más allá de esa edad, es importante evaluar otros aspectos del desarrollo infantil, como el inicio de la adquisición de otras habilidades motoras, como rodar o gatear.
Otro tema relevante a la hora de detectar posibles problemas en la marcha infantil es identificar los patrones de marcha anormal. “Hay niños que presentan una marcha que, aunque diferente, sigue siendo parte del espectro de la normalidad”, comenta Olleac. Un ejemplo de esto es la marcha en puntas de pie. En los primeros años, este patrón es común y suele desaparecer por sí mismo alrededor de los tres años. Sin embargo, si la marcha en puntas persiste más allá de esa edad, es recomendable consultar a un especialista para evaluar otros posibles problemas de desarrollo.
De igual manera, otro patrón que suele preocupar a los padres es la marcha con las rodillas y los pies apuntando hacia adentro, conocida como intrarotación. Esta situación también puede ser parte de un desarrollo normal, relacionada con el fortalecimiento de los músculos glúteos y la modelación del fémur. Sin embargo, si este patrón persiste más allá de los tres años, es importante una evaluación médica para descartar trastornos musculares o problemas en el desarrollo del sistema motor del niño.
Prevención y diagnóstico temprano: el objetivo principal
El diagnóstico temprano de cualquier irregularidad en la marcha infantil es vital para el tratamiento efectivo y la prevención de complicaciones futuras. Por ello, el equipo de Ortopedia Infantil del Hospital Avellaneda, bajo la dirección del doctor Ramiro Olleac, se encarga de brindar atención especializada, asegurándose de que cada niño reciba el seguimiento adecuado y, si es necesario, intervenciones oportunas que favorezcan su desarrollo motor.
El compromiso del Ministerio de Salud Pública con la atención pediátrica es una herramienta esencial para garantizar que los niños reciban la mejor atención desde sus primeros años. Detectar a tiempo cualquier trastorno en la marcha infantil no solo mejora la calidad de vida de los niños, sino que también les permite desarrollarse de manera saludable y segura en sus primeros años de vida.
En conclusión, el trabajo de los profesionales de la salud, como los del Hospital Avellaneda, es clave para asegurar un diagnóstico temprano y la intervención adecuada en los casos que lo requieran. La consulta temprana con el pediatra y la observación atenta de los padres ante cualquier signo de retraso o anormalidad en la marcha de sus hijos son pasos fundamentales para garantizar un desarrollo motor adecuado.