El edificio de la fuerza de seguridad es patrimonio arquitectónico de Tucumán.
Con más de 80 años de antigüedad, la Comisaría de la ciudad de Monteros es considerada patrimonio arquitectónico de la provincia de Tucumán.
Desde este martes se encuentra totalmente restaurada y revalorizada por un arduo trabajo de profesionales del Ministerio de Seguridad.
“Con mucho esfuerzo y sacrificio se pudo concretar esta obra respetando su arquitectura original porque es un edificio antiguo e importante para la ciudad y la provincia. Desde la gestión del ministerio consideramos prioritario avanzar en las obras de infraestructura en el marco de un amplio plan de modernización de la fuerza policial”, destacó el subsecretario de Seguridad, José Ardiles en el acto de inauguración de la dependencia, presidido por el gobernador Juan Manzur y el ministro de Seguridad, Claudio Maley.
Fernanda Bidegorry, arquitecta del Ministerio de Seguridad, fue la encargada de llevar adelante el proyecto de refacción en un trabajo conjunto con la Dirección de Arquitectura y Urbanismo (DAU) y la Dirección de Patrimonio Cultural.
“Esta Comisaría fue declarada por ley patrimonio arquitectónico de la provincia. Su creación data del año 1935 y el edificio tiene aproximadamente 650 metros cuadrados en las dos plantas. Para encarar el proyecto de modernización se conformó un equipo y se evaluó qué cosas se podía restaurar, qué cosas lamentablemente no se podían recuperar y cuáles debían ser refaccionadas”, expresó la funcionaria.
“Fue un trabajo muy intenso de aproximadamente 20 meses. Se trataba de un trabajo muy minucioso porque había que refaccionar muchas cosas y la restauración lleva más tiempo que una obra nueva”, señaló Bidegorry y detalló algunas de las modificaciones realizadas en el edificio que es recordado por ser uno de los que albergó un centro clandestino de detención y tortura durante la dictadura militar de 1976.
“Se refaccionó y restauró todo lo que es pisos, carpinterías y techos. Se actualizó la instalación eléctrica y las luminarias. Se respetaron las oficinas, pero fueron modernizadas con sistemas de vigilancia y cámaras. En cuanto a los colores, se decidió mantener los que tenía originalmente el edificio. Además, se construyó a nuevo un sector de arrestos con patio de visitas, sala de requisa y sector de guardia con sistema cerrado de cámaras de vigilancia”, agregó la arquitecta.
“Este caso en particular era muy especial porque al ser un edificio antiguo buscamos no solo modernizar sino también adaptarlo, romper con barreras arquitectónicas existentes. Por ejemplo, ahora cuenta con rampa y baños para personas con discapacidad, elementos inclusivos que antes no se tenían en cuenta”, señaló tras la inauguración.
“Lo que estamos buscando es modernizar las comisarías no solo para que el ciudadano reciba una mejor atención sino también para que los policías tengan un mejor y más digno ambiente laboral”, cerró.